Es probable te sorprenda que te escriba, al día siguiente de
verte con él, no quiero que pienses mal de lo que digo, deja que te cuente solo
como amigo:
Hace solo un par de meses, vi en el parque una muchacha,
lloraba desconsolada y al preguntar qué te pasa, me contó “todo es por culpa de un cobarde, que me lleno de mentiras y he
deshonrado a mi padre. Por su culpa dejé al hombre, que siempre me había amado,
abandoné los estudios di a mis amigas de lado, hasta que un día mi padre dijo
vete… él tenía 35 yo tenía 17”.
Y no pienses que es un cuento de la vieja, te lo ruego no le
busques moraleja, si te cuento esto es porque te he querido, por favor pon
atención a lo que digo…
Después seguí viéndola
dos o tres citas, creo que porque me recordaba a ti, solamente
hablábamos de tonterías, pero no conseguía hacerla reír. Por qué todavía
arrastras esa pena, le pregunté y no me supo contestar, y tras resoplar y de
tragar saliva, retomó la historia que empezó aquel día.
“Estoy sola y sin
dinero, me ha destrozado la vida, de momento me estoy quedando en la casa de
una amiga y bajando el tono me dijo entre dientes, no me puedo ir con mis
padres”, mientras se tocaba el vientre.
Cuando le di la noticia, cambió el gesto de su cara, se echó
la mano al bolsillo para sacar una alianza, y con rabia me enseñó aquella
instantánea: “Éste es él con sus dos
hijos, y ésta es su esposa Melania”.
Y no pienses que es un cuento de la vieja, te lo ruego no le
busques moraleja, si te cuento esto es porque te he querido, por favor pon
atención a lo que digo, porque ahora viene la parte que más me cuesta contarte:
Pues conozco tu mirada cuando estás enamorada, pero el
hombre con el que ayer de la mano paseabas era el mismo hombre de la
fotografía, que ella me enseñó…
Puede parecer que quiero que abandones ese tipo pero en
realidad lo único que quiero es que no sufras amor mío porque yo te sigo amando,
eso no cambió.
POSDATA: Él te coserá a mentiras, yo improvisaré verdades.
Él brilla sólo en tus ojos, los míos aunque ahora rojos, claros como
manantiales. Él se acostará en la huída, yo lo haré siempre a tu lado. Él
despistará tus dudas con terciopelo espinado, y cuando llegue el final de su
verano ansioso, febril y bisiesto de madre, yo seré el septiembre imprudente
que todo lo barre, el que abraza el último rayo del Agosto que ya no respira,
seré tu Luna nueva, y quiero serlo, lo seré de todas formas, pero aún nos queda
verano, donde la Luna y las noches, todavía son muy cortas.
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